Al ser la sal uno de los elementos fundamentales para la dieta y varios quehaceres humanos, es natural que en el curso de la historia se le haya dado un peso simbólico. Se le menciona en el Antiguo y el Nuevo testamento, y sirve como elemento purificador en ciertas ceremonias de la masoneria. También se le ha relacionado con la mala suerte por el uso exagerado o su desperdicio. Podemos verificarlos en frases como "hechar la sal". Una persona salada no es un manjar para aborigenes, sino simplemente alguien a quién se le atribuye la "mala suerte".